¿Serás uno de esos ancianos?

Y yo me pregunto: las iglesias, ¿están a la espera de profesionales —si acaso alguien desea convertirse en uno— que cubran la necesidad de enseñar la Palabra en nuevos lugares —iglesias en casa o iglesias en locales— o están preparando dentro de las familias y de sus paredes a aquellos ancianos piadosos que habrán de enseñar las Escrituras fielmente a las nuevas generaciones, antes de que toda esta locura de "nuevas iglesias" cunda como hiedra?


¿Serás uno de esos ancianos que consuma el celo del Señor para predicar fielmente su consejo?

¡¿Serás?!

"Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio" (2 Timoteo 4:1-5).

"Por tanto, yo os protesto en el día de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos; porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios. Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre" (Hechos 20:26-28).

"Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé" (Tito 1:5).

Comentarios

  1. Hoy Cristo me ha respondido por medio de éste artículo. Gracias! Dios le siga usando.

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    1. A Dios toda la gloria, Lore. Qué gusto recibir tu visita al blog.
      Que el Señor te continúe bendiciendo.

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Imagen original de fondo: Museum Wales